jueves, 3 de noviembre de 2011

Vender satisfaciendo necesidades

Vender satisfaciendo necesidades


Más de 85 años después, sigue siendo totalmente vigente la teoría expuesta por el psicólogo E. K. Strong, en un escrito del año 1925, en el que anticipó el sistema de satisfacción de necesidades o deseos como una teoría de venta. Strong insistió en la importancia de hallar apelativos o puntos de venta por medio del análisis del producto a vender, relacionando éstos con las necesidades del posible cliente, en contraste con los sistemas de venta a base de respuesta al estímulo y venta formulada, que tienden a ser situaciones controladas por el vendedor.
Al emplear la teoría de venta referente a la pura satisfacción de las necesidades, el vendedor debe conocer perfectamente el punto de vista del cliente, orientándolo hacia él, y la mejor forma para ello es interesándose por sus necesidades o deseos.
Vender satisfaciendo necesidades del cliente es el enfoque que deben seguir en la actualidad tanto los profesionales del marketing como los de ventas, puesto que no se trata de hacer una venta esporádica o puntual. Más importante que hacer clientes es conservarlos y asegurarnos su fidelidad. Eso únicamente se conseguirá con la filosofía del yo gano-tú ganas. Veamos algunas definiciones de qué es vender basadas en esa filosofía.
«Vender es el proceso por medio del cual el vendedor averigua y activa las necesidades y/o deseos del comprador y satisface los mismos con ventajas o beneficios mutuos y continuos para ambas partes.»
O esta otra:
«Vender es el proceso mediante el cual el vendedor consigue que el cliente piense o actúe de una manera no prevista por él. Y en beneficio de ambos.»

Una mirada retrospectiva en la historia de la venta

Una mirada retrospectiva en la historia de la venta

Se puede afirmar que la venta existe desde los orígenes de la vida. Se ha dicho que, en realidad, la primera venta la realizó Eva, en el Paraíso, cuando persuadió a Adán para que la ayudara a comerse la manzana. Aunque no nos remontáramos tan atrás, sí podemos decir que, probablemente, el mundo no sería el mismo si no se hubieran producido las transacciones comerciales desde la antigüedad.
Gracias a la venta y a los que ejercían tan digna profesión se han producido avances tecnológicos y se han facilitado cambios, propiciados por aquellos vendedores que a la vez eran inventores hasta llegar a uno de sus mejores exponentes como fue Henry Ford, que facilitó un gran impulso a la economía de los países.
El vendedor profesional aún sigue siendo en el siglo XXI la punta de lanza del futuro de las empresas, y ellos determinan parte de su éxito. El siglo XX experimentó profundos cambios dentro del mundo de la venta; hace más de 55 años no era difícil vender, ya que la mayoría de los países habían pasado una guerra y una posguerra, la escasez de casi todos los productos, fundamentalmente de los básicos, era casi la norma. En estas condiciones la gente compraba lo que le ofrecieran sin tener que realizar complicados procesos de elección. Es a partir de los años 50, con la fabricación en cadena y la proliferación de productos y servicios, cuando comienzan en Europa a utilizarse algunas técnicas de venta que, generalmente, venían importadas de los EE UU.
Las técnicas son herramientas, instrumentos que se aplican en el proceso de venta para persuadir al cliente o posible cliente hacia la propuesta del vendedor. La mayoría están basadas en la Psicología, la Sociología y, fundamentalmente, en la observación del trabajo de los mejores profesionales de la venta. Pero no es suficiente con el conocimiento de estas herramientas. Los vendedores deben ser, además, hábiles en su manejo, por lo que necesitarán entrenamiento y experiencia para poner en marcha un proceso de venta.
Uno de los sistemas más clásicos de venta que tuvo gran éxito, e incluso hoy en día tiene vigencia, es la venta a través del método AIDDA que, en el año 1947, Percy H. Whaiting presentó en su libro Las cinco grandes reglas de la venta, cuya importancia ha sido trascendental en la historia de las técnicas de venta.
En ellas se seguía, por primera vez, una sistematización de todas las técnicas elaboradas con anterioridad desde las importantes teorías de Elmer Wheeler y de Dale Carnegie. El método AIDDA sigue teniendo vigor hoy día, puesto que es compatible con otros sistemas y técnicas que se han puesto de moda con posterioridad.
AIDDA es la palabra nemotécnica de:
A: Atención.
I: Interés.
D: Demostración.
D: Deseo.
A: Acción.
Indicando con ello que el vendedor al comienzo de la conversación de venta debe captar la atención del cliente o posible cliente para en el segundo paso conseguir su interés. En la siguiente etapa, el vendedor demostrará al cliente cómo su producto o servicio satisfará las necesidades de éste, incluso utilizará pruebas, si fuera necesario. De esa manera va a hacer crecer su deseo de compra y le llevará en la última etapa, denominada acción, al cierre o remate de la venta.

CUAL ES LA ESTRATEGIA PARA UNA BUENA VENTA?

Hemos crecido con el concepto del "buen vendedor", que es capaz de vendernos un artículo de mala calidad a un precio que no pagaríamos si supiéramos que lo es. En aras de qué es vender, y cómo vender, se ha montado toda una tecnología al servicio de lo que se llama Marketing, que se nos figura como una disciplina de iluminados que saben cómo lograr que alguien compre lo que ofrecemos, sea nuestros productos o nuestros servicios, 
será mejor ubicarnos desde la perspectiva del comprador y sustituir el concepto de una buena venta por el concepto de una buena compra, preguntándole al comprador qué debo hacer para interesarle con mi producto o servicio, o tratando de averiguar qué es lo que está buscando? 


EL ARTE DE LA VENTA

Diez consejos para hacer una buena propuesta




La elaboraciónn y presentación de una propuesta es uno de los pasos más importantes en el proceso de venta de servicios de consultoría. Por supuesto, viene precedida de una labor de marketing más o menos segmentada, y de un acercamiento inicial al cliente que ya resultan bastante determinantes. Pero la propuesta es “la hora de la verdad”, el momento en el que todas las conversaciones y acercamientos previos se tienen que plasmar en un documento que va a servir para que el cliente tome la decisión sobre contratarnos o no.
Estos son algunos consejos (derivados de mi experiencia y por lo tanto totalmente debatibles) para hacer una buena propuesta.
Sé visual: la propuesta tiene que hablar por sí misma por lo que, además de cuidar el contenido, debemos cuidar el continente. Nada de párrafos y párrafos de texto abigarrado: usa fotos, colores, cuadros, espacios en blanco… se trata de que resulte agradable de leer y de generar buen recuerdo en el lector.
Sé conciso: posiblemente haya varias personas que tengan que decidir sobre la propuesta. Directivos con poco tiempo y pocas ganas de leer “tochos”. Así que sé lo más directo que puedas. Trata de dividir la propuesta en una parte “ejecutiva” y, si tiene sentido, incluye anexos para quien quiera profundizar.
Sé comprensible: haz que la propuesta se entienda por sí misma. Piensa que habrá quien la lea (y quien tenga que decidir sobre ella) que no tiene por qué tener profundos conocimientos técnicos al respecto. As� que trata de utilizar un lenguaje lo menos técnico posible, explica los acrónimos y evita entrar, en la medida de lo posible, en detalles técnicos sin relevancia.
Personaliza: la propuesta es para un cliente concreto, no una propuesta genérica. Personalízala al máximo: introduce el logo del cliente, nómbralo con frecuencia, utiliza fotos que se refieran al cliente y a su negocio, si pones ejemplos adáptalos a su negocio… cualquier cosa que evite que el cliente piense que está leyendo “una propuesta estandar”.
Contextualiza: dedica tiempo (y espacio en el documento) a contextualizar el proyecto. A explicar por qué tiene sentido para este cliente concreto en este momento concreto, y en qué le va a ayudar a conseguir sus objetivos. Háblale de su negocio, de sus necesidades, y de cómo el proyecto encaja con todo ello. Si consigues darle contexto, será mucho más fácil que lo compre.
Ajusta el precio: siempre hay un margen de negociación entre el precio que ponemos en la propuesta y el precio final. Pero debe ser un margen acotado. Si resulta que durante el “regateo” llegas a un precio sensiblemente inferior al que planteas en la propuesta, estarás trasmitiendo un mensaje de “te estaba intentando engañar” que no te deja en muy buen lugar.
No abuses de metodologías: es difícil, por no decir imposible, que un cliente se lea la descripción prolija de todas las fases, subfases y tareas que piensas incluir en tu proyecto. Se supone, para eso eres profesional, que es cosa tuya. Además, todos sabemos (nosotros y ellos) que las metodologías saltan por los aires en el minuto 1, así que no tiene mucho sentido hacernos fuertes con algo que luego no va a responder a la realidad.
No mientas (demasiado): en una propuesta podemos tener tendencia a engordar artificialmente los recursos que vamos a dedicar, la experiencia de los consultores, las referencias utilizadas, la dedicación de los socios, la infalibilidad de la metodología… evita hacerlo en la medida de lo posible. Primero, porque se nota. Y segundo porque, si luego la realidad no responde a lo prometido, estaremos generando una experiencia muy negativa en el cliente. Quizás ganemos esta propuesta, pero nos estaremos poniendo una zancadilla a nosotros mismos para el futuro.
No seas reglamentista: no trates de convertir la propuesta en un contrato con todo tipo de cláusulas y articulado. Las relaciones cliente-consultor y la evolución de los proyectos siempre superarán la mejor de tus previsiones y no quedarás cubierto, mientras que al cliente le puedes estar poniendo una barrera; ¿tú no has sentido rechazo cuando te ponen delante un contrato con montones de letra pequeña?. Además, ¿y si el cliente dice, simplemente, “no me gustan estas cláusulas?. No hay mejor contrato que una relación de confianza entre cliente y proveedor.
No te des autobombo: la propuesta no es el sitio en el que contar las excelencias de tu empresa, el abanico de tus servicios o los clientes tan guays que tienes (total, al final todos siempre ponemos los mismos). Eso ya lo has debido hacer en el proceso de acercamiento previo, por eso te piden una propuesta. Ahora céntrate en el proyecto y en cómo tu empresa va a abordarlo. Todo lo demás es accesorio. Si quieres, entrégale otra presentación o brochure. Pero no mezcles churras con merinas.


BMW GROUP

La marca BMW reportó ventas mundiales de 128,446 vehículos en el mes que se revisa excediendo la cifra del pasado septiembre (117,471) con 9.3 por ciento, donde las ganancias más fuertes fueron una vez más para el BMW X3, con ventas de 11,345 vehículos en septiembre, con un incremento de 260.6 por ciento (año anterior 3,146).
Mientras que el BMW X1 también continúa su fuerte desempeño, con un total de más de 200,000 unidades entregadas desde su lanzamiento al mercado hace casi dos años, ya que en septiembre, se vendieron 12,535 de éste vehículo lo que representa un incremento de 24.7 por cietno sobre el año pasado (año anterior: 10,051).
En cambio el BMW Serie 5 sigue siendo el líder indiscutible del segmento con fuertes ventas una vez más en septiembre: 27,811 vehículos fueron entregados, lo que representó un incremento de 29.7 por ciento en comparación con el año pasado (año anterior: 21,445); y el BMW Serie 7 logró un crecimiento impresionante de 15.1 por ciento.
Ian Robertson, miembro del Consejo de Administración de BMW AG, responsable de Ventas y Mercadotecnia, comentó, para empresasydinero.com, “Al final del tercer trimestre ya nos encontramos en pleno camino para alcanzar nuestro objetivo de más de 1.6 millones de vehículos en 2011 y una vez más permanecer como el número uno entre los fabricantes Premium en este año, mientras que para el cuarto trimestre continuaremos luchando por un crecimiento equilibrado en todo el mundo y continuar nuestra tendencia al ascenso”.
La marca alemana ha mostrado su liderazgo en el mercado, además de estar considerada como una de las mejores marcas del mundo en el ranking deInterbrand “Las 100 mejores marcas del mundo”, donde ocupa el lugar 15, tocando los talones de Mercedes Benz que ocupa el 12 y Toyota en el 11.
Cabe mencionar que ha sido el mejor periodo de 9 meses para la empresa, con ventas de hasta 16.0 por ciento en comparación del año pasado, con una entrega de 1,232,584 vehículos BMW Group durante este tiempo.








Mini Coupé biplaza

Mini Coupé biplaza

El Mini Coupé biplaza, a la venta en octubre

El fenómeno Mini parece no tener fin. Las dos generaciones del Mini (2001 y 2006), sus respectivas variantes cabrio (2004 y 2008), la aparición del Clubman, en 2007, y la llegada del Countryman, en septiembre de 2010, han permitido al grupo BMW alcanzar un total de 1,8 millones de unidades vendidas entre 2001 y 2010.
De hecho, salvo en 2006 -momento en el que lanzaron la segunda generación- y en 2009 -temporada marcada por grave crisis- el número de Minis comercializados ha ido en aumento año tras año.

Ventas de Mini (2001 - 2010)

2010 234.175 unidades 
2009 216.538 unidades 
2008 232.425 unidades 
2007 222.875 unidades 
2006 188.077 unidades 
2005 200.428 unidades 
2004 184.357 unidades 
2003 176.465 unidades 
2002 144.119 unidades 
2001 24.965 unidades 
No obstante, el Coupé no será el último de los lanzamientos de Mini.
Unos meses más tarde, ya en 2012, también aparecerá una variante del Coupé con techo de lona y bautizada como Roadster y, algo más tarde también aparecerá un Countryman Coupé.